-¿Yo? Soy un amigo de tu padre. Sabes? Me perdí camino al templo cercano a tu casa. Me podrías llevar, por favor? -extiende una sudorosa mano. La niña lo guía.
Llegamos. Qué esté bien! -la nina suelta la mano del hombre.
Sólo que el hombre no la suelta.
-Me podrías acompañar a rezar? Mi esposa está muy enferma, y creo que si un angelito como tú orara por ella, los dioses escucharían la plegaria. Puedes?
-Claro- La niña le sonrió.
Terminaron de orar. La chica se despidió nuevamente, para salir saltando hacia su casa.
Él la envolvió en sus brazos.
La niña quedó paralizada.
-Qué pasa? -preguntó, mientras intentaba librarse del abrazo del desconocido. Era demasiado fuerte.
Nada... Pero me acompañarías por un rato más? No quiero quedarme solo. Me siento triste. -la niña sintió un lágrima caer en su mejilla.
Nunca había visto llorar a un adulto. Menos a un hombre.
Está bien. Lo acompañaré, así que no llore, por favor. -Buscando como consolarlo, se dio vuelta, acarando al caballero. Le acarició la cabeza, como su madre hacía con ella cuando lloraba. Parecía resultar. El hombre se inclinó ante ella.
Un beso.
Un beso húmedo, y desagradable.
¿Qué sucedía?
Una mano...
-Quiero irme!!! Aléjese, por favor!!!!!- empujar era inútil, mas era instintivo.
Quiero salir. Quiero salir. Quiero huir. Que me suelte, que me suelte...
La mano se movía. Estaba donde nadie excepto madre podía...
Una mano...Y luego la otra...
Que la soltara, por favor, alguien haga algo!!
Alguien....
Algo....
Una mano la aprisionaba y empujaba contra él. La otra... la otra.... Y su cara, y su aliento a café, y sus jadeos.... Sus jadeos....
De repente cesó. La niña abrió los ojos, era su oportunidad...Sólo para ver que estaba buscando algo entre sus pantalones..
Huir, huir...Pero no alcanzó a dar dos pasos y la mano la agarró firmemente.
No! No, por favor, deténgase, esto es raro, se siente raro, no me toque...Por favor. -la niña lloraba y gemía, gritaba y balbuceaba..Mientras más gemía, más parecía incitar a las manos, pero qué podía hacer, a pesar de percatarse de ello no podía callarse...Le dolía, se sentía incómoda, había algo mal en lo que sucedía...
Quería a su mami..
-Arg!!! - chilló desesperada....Algo, algo caliente forzaba su entrada a su cuerpo.
Dolía, dolía mucho...
Mamá!!!.
Alguien, por favor, ayuda! Ayuda! Duele, duele, duele...
Deténgase, por favor...Por favor...
Alguien... Algo...
Cuando la encontraron en el templo, en la noche, nadie atinó a decir una palabra.
La hija del terrateniente, tirada en el piso, cubierta en sangre y semen.
Muerta.... O así parecía.
-To be continued...perhaps.-